basilica de san pedro

La Basílica de San Pedro, principal edificio del Vaticano, estado soberano dentro de Roma, se encuentra en la orilla oeste del río Tíber. Es el más importante edificio religioso del catolicismo, tanto en términos de volumen (193 m de longitud y 44,5 m de altura) como de renombre. No es la catedral de la diócesis de Roma, pero sí es la iglesia del Papa, en la cual celebra las ceremonias litúrgicas más importantes. En su interior se halla la Cathedra Petri, o «Trono de San Pedro». La auténtica catedral de Roma es la archibasílica de San Juan de Letrán.




En la basílica está efectivamente enterrado San Pedro, el primer Papa, según las investigaciones realizadas por la arqueóloga y epigrafista Margherita Guarducci en 1965.

La basílica actual es el resultado de una obra desarrollada durante varios siglos. Comenzó por ser un monumento conmemorativo, en el lugar donde San Pedro fue martirizado y enterrado, no lejos del circo de Nerón. Entre el 326 y el 330, Constantino, hizo construir una basílica, a expensas del Papa Silvestre I, que fue terminada 30 años después. Ante el altar mayor de esta iglesia, fueron coronados muchos emperadores: en el día de navidad del año 800, lo fue Carlomagno, a quien el Papa León III impuso la corona imperial romana. En el siglo XV, debido a que la basílica paleocristiana, se encontraba bastante deteriorada y amenazaba con derrumbarse, el Papa Nicolás V en 1452 encargó su reconstrucción a Bernardo Rosellino, pero los trabajos se interrumpieron tan solo tres años después a la muerte del Papa y los muros tan solo alcanzaban a levantarse un metro del suelo. Es con Julio II en 1506 (50 años después), cuando se reinician las obras acogiendo el diseño propuesto por Bramante.




La construcción del edificio actual se inicia entonces el 18 de abril de 1506. El proyecto, dirigido por Bramante, consistía en un edificio con planta de cruz griega inscrita en un cuadrado y cubierta por cinco cúpulas (un claro ejemplo de planta centralizada, típica del renacimiento y de su interés por la geometría); la central en el crucero y las restantes en los ángulos; los trabajos se iniciaron con la demolición de la basílica previa, donde supuestamente se encontraban los restos de San Pedro, realizada por encargo de Constantino, el primer emperador romano católico (no cristiano), durante el siglo IV, muchos puritanos lamentaron la demolición de esta estructura, sin embargo, Bramante murió en 1514 y sus sucesores Rafael, Fra Gioconda da Verona y Giuliano de Sangallo cambiaron este plan genial; a su muerte solo se había edificado poco más que los cuatro grandes pilares que debían sostener a la gran cúpula central. Posteriormente, el Papa Pablo III encomendó la dirección de las obras a Miguel Ángel, que retomó la idea de Bramante de planta en cruz griega. El diseño original de Bramante tenia problemas estructurales que debieron ser corregidos por Miguel Angel, La más importante aportación de Miguel Angel fue la gran cúpula que se encuentra justo sobre el altar mayor y el sitio donde la tradición indica se localiza la tumba del Apóstol Pedro; misma que, a pesar de su peso, parece flotar en el aire, y es terminada por los arquitectos que sucedieron a este gran artista como directores de la obra. En 1606, el Papa Pablo V ordenó el retorno a la forma de la cruz latina y finaliza su construcción 24 años después de la muerte de Miguel Angel según el diseño definitivo de Fontana y Della Porta. Los mosaicos del interior son de Giuseppe Cesari, y representan las distintas jerarquías de santos en la gloria celestial, estando representado Dios Padre en la linterna central. La cúpula tiene un diámetro de 42,5 metros y una altura de 132 metros. Terminada y consagrada el 18 de noviembre de 1626, durante el pontificado de Urbano VIII. Numerosos arquitectos y artistas participaron de esta obra: Bramante, Rafael, Sangallo, Miguel Ángel y Maderno. Gian Lorenzo Bernini proyectó la plaza y su columnata.

La inscripción que se ve como un cinto en la base de la cúpula, cuyas letras miden 2 metros de altura.
Bernini proyectó la inmensa plaza ovalada de San Pedro y las columnatas perimetrales. Encima de ellas y por todo el perímetro de la plaza se aprecian numerosas estatuas de "santos" y "santas" de todas las épocas y lugares. Encima de la fachada de la basílica están las estatuas de 11 de los Apóstoles (exceptuando Judas Iscariote), San Juan Bautista y, al centro, Cristo. Fue, también, el responsable de acometer los diseños y planos para las torres campanario que debían completar la fachada dejada por Maderno; la única torre completada bajo la dirección de Bernini, entre 1638 y 1641, tuvo que ser demolida poco después de su elevación ante los evidentes signos de inestabilidad de la estructura, la demolición se produjo en 1646; los relojes que ocupan los extremos de la fachada se incluyeron a finales del siglo XVIII, son obra de Giuseppe Valadier, quien, asimismo, situó la inmensa campana fundida previamente en uno de los cuerpos laterales, que son cuanto puede considerarse como campanario una vez se determinó no volver a plantear la construcción de torres tras el desastre de Bernini.



Bernini también hizo el espectacular baldaquino de bronce macizo sobre el altar mayor de la basílica. El bronce utilizado en la construcción del baldaquino fue extraído de los casetones de la cúpula del Panteón de Agripa de Roma, con lo cuál dio pie a la frase [[Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini] expresión latina que, traducida literalmente, significa: Aquello que no han hecho los bárbaros, lo han hecho los Barberini. en referencia al barbarismo ejecutado por el Pontífice, Este baldaquino está decorado con abejas, símbolo heráldico de la familia Barberini, a la cual pertenecía el Papa Urbano VIII, bajo cuyo pontificado se completó.